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Esteban Durán resistió en la denominada trinchera de Bonyik durante casi dos años junto a otros activistas del pueblo originario Naso para evitar el paso de las máquinas de Empresas Públicas de Medellín (EPM) dispuestas para desarrollar el proyecto hidroeléctrico en el río del mismo nombre. Solo la Policía, la violencia del estado y el tiempo hizo que la trinchera se levantara.

Pero no Esteban Durán. El viejo Durán, como le llamaban cariñosamente sus hermanos Naso, siguió resistiendo en su pequeña parcela, obligó a la empresa a cambiar el trazado de la carretera de acceso a la hidroeléctrica de Bonyik y, a pesar de que familiares y amigos eran ‘comprados’ por los dólares del “desarrollo”, Durán aguantó.

Hoy nos llega la noticia de su fallecimiento y con él se pierde un patrimonio incalculable de este pequeño pueblo en peligro de extinción.

Human Rights Everywhere acompaña desde hace dos años y medio la defensa territorial del pueblo Naso en el río Bonyik, junto al río sagrado de la Gran Abuela (Teribe), y en las comunidades resistentes de San San Druy y San San.

Esteban Durán durante una reunion con voluntarios de HREV

Esteban Durán durante una reunion con voluntarios de HREV

Devastación en la ribera del río Bonyik

Devastación en la ribera del río Bonyik

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